"El debate sobre la globalización se está convirtiendo rápidamente en un debate sobre la democracia y la justicia social en el seno de una economía globalizada”. Esta frase aparece en el primer capítulo del Informe de
El Informe es un robusto documento de 185 páginas largas y 21 gráficos que pasa revista a prácticamente todos los temas significativos sobre la materia y a muchas de las inquietudes que suscita este proceso. El Informe realiza, además, numerosas y sustantivas propuestas y recomendaciones a fin de “lograr una globalización en condiciones de justicia”. De modo que siendo el mensaje de
¿En qué consiste la globalización, cuáles son sus características principales? La respuesta que da el Informe a esta pregunta alude a cuatro procesos: Uno, liberalización del comercio. Desde 1986 el comercio mundial ha crecido a un ritmo bastante más rápido que el producto interno bruto (PIB) mundial. Esta aceleración se dio especialmente en los países industrializados y en un grupo reducido de países en desarrollo. Dos, expansión de la inversión extranjera directa (IED) que en los últimos 20 años se ha acelerado tanto en términos absolutos como en porcentaje del PIB. Hacia el año 2000 más de cien países habían adoptado medidas para atraer
¿Cuál es la dimensión social de la globalización? El Informe no realiza una discusión conceptual acerca de esta interrogante. Lo que dice es que la globalización debe tener una dimensión social, no que ésta exista, o que se derive de los fenómenos económicos y tecnológicos recién mencionados. Tal dimensión debería preservar “los valores humanos” y mejorar “el bienestar de la gente en términos de libertad, prosperidad y seguridad”. De modo que las personas tengan oportunidades de encontrar un trabajo decente, de satisfacer sus necesidades esenciales de comida, agua, sanidad, educación, vivienda y un entorno adecuado para vivir. Las aspectos fundamentales de esta dimensión social serían, según el Informe:
- - Un proceso de globalización basado en valores compartidos, lo que requiere que todos sus actores -Estados, organizaciones internacionales, mano de obra, sociedad civil y medios de comunicación- asuman sus responsabilidades individuales. Ello exige, además, el cumplimiento de la legalidad internacional y un desarrollo económico basado en el respeto de los derechos humanos;
- Un compromiso internacional que asegure para todo el mundo los recursos básicos y las demás condiciones que garantizan la dignidad humana y que se engloban en
- Una vía de desarrollo sostenible que ofrezca oportunidades para todos, proporcione empleo y medios de vida sostenibles, promueva la igualdad de género y reduzca las diferencias entre los países y entre la gente;
- Una gobernanza más democrática de la globalización, que propicie una mayor escucha y participación, y que garantice la rendición de cuentas.
Estos cuatro serían, según el Informe, los aspectos, componentes o dimensiones fundamentales de la dimensión social de la globalización.
A pesar de lo ambicioso de la formulación el Informe insiste en que esta dimensión social es alcanzable. ¿Cómo hacerlo? El Informe avanza numerosas propuestas o recomendaciones que permitirían lograr “una globalización en condiciones de justicia”, las que se clasifican en los siguientes apartados generales: gobernanza nacional y gobernanza justa en el plano global. Para lograr este último ideal es preciso reformar los mecanismos de gobernanza global en los siguientes ámbitos importantes: reglas justas, mejores políticas internacionales, instituciones más responsables. A continuación se señalan algunas concreciones de estas propuestas:
Gobernanza nacional. Sistema democrático, Estado de Derecho, respeto de los derechos humanos, igualdad de género, equidad social, desarrollo sostenible, diálogo social, protección social, Estado eficaz, solidez institucional, trabajo decente, crecimiento elevado y estable, acción cooperativa para el desarrollo regional, coherencia de las políticas nacionales y los intereses globales. Estados responsables en el marco de la gobernanza mundial.
Gobernanza justa en el plano global. Se promueven unas reglas justas en el ámbito comercial, de las IED, del sistema financiero internacional, de la circulación transfronteriza de las personas y del acatamiento de la normativa laboral fundamental. Estas reglas deberían mejorar los derechos, los medios de subsistencia, la seguridad y las oportunidades de las personas, las familias y las comunidades en todo el mundo.
Respecto de las mejores políticas internacionales, “más coherentes y equitativas” el Informe realiza once propuestas que se refieren, entre otras, a las siguientes cuestiones: movilización de recursos para la ayuda al desarrollo; alivio de la deuda; obtención de recursos adicionales al 0.7% del PIB comprometidos como ayuda al desarrollo; contribuciones privadas voluntarias y filantrópicas, en especial hacia los países de menores ingresos; mayor inversión en educación y más capacidad tecnológica de los países en desarrollo; mecanismo eficaz para la gestión macroeconómica global y de los flujos financieros; el trabajo decente como objetivo global. Por último el Informe dice “la educación, la salud, los derechos humanos, el medio ambiente y la igualdad de género deberían abordarse en el marco de un enfoque integrado para alcanzar las metas económicas y sociales”.
Instituciones más responsables. Se alude a dos tipos de instituciones: las del sistema multilateral y los actores estatales, por un lado, y los actores no estatales, por otro. Sobre el primer tipo de instituciones se plantean nueve propuestas destinadas a “la reforma del sistema multilateral para hacerlo más democrático, transparente, responsable y coherente” . Los actores no estatales que se identifican son: las empresas, los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil y las redes globales. Se reconocen que éstos hacen una contribución importante a la gobernanza global. Se plantean seis ideas para su fortalecimiento y para una mayor incorporación de sus decisiones.
¿Cómo lograr que estas sugerencias y propuestas logren una concreción en la práctica global?
El Informe señala, con razón, que para lograr llevar adelante estas iniciativas será necesaria la movilización de muchos actores. Las medidas que propone se refieren, en su mayoría, a las organizaciones internacionales del sistema multilateral. Están encaminadas a solicitar una mayor coherencia entre sus formulaciones políticas y sus acciones, por un lado, y los valores universales sobre derechos humanos, no discriminación, justicia, diálogo e integración, por otro. La propuesta más concreta es la que propicia la creación de un foro sobre políticas de integración entre los organismos del sistema multilateral, que permita el intercambio de ideas entre personas con distintas visiones sobre la globalización. “Este foro evaluaría de forma periódica las repercusiones sociales de la evolución y las políticas de la economía global.” Analizaría los problemas de las políticas más importantes y haría un seguimiento de los efectos sociales de la globalización. El Informe señala que en el seguimiento e implementación de esta propuesta
En suma, el Informe critica que la globalización se haya dado en un vacío ético donde la medida del éxito o fracaso de los mercados es la última, y frecuentemente, la única norma de comportamiento. En tanto en el mundo los niveles de pobreza siguen altos, las desigualdades aumentan y numerosos países no logran “subirse al carro del desarrollo”, todo lo cual provoca que millones de personas van quedando al margen del progreso y el bienestar. El Informe propone recomendaciones para superar esta situación y plantea “una globalización justa” con “oportunidades para todos”. Introduce, por tanto, una norma ética al apostar por añadirle a la globalización una dimensión social.
Las medidas que se proponen en el trabajo en comento tocan tanto a la gobernanza nacional como a la global, a los Estados como a las organizaciones internacionales más relevantes del sistema multilateral. Es justamente la amplitud de las reformas propugnadas a fin de modificar la situación del mundo lo que hace que el conjunto de estas sugerencias sea de difícil puesta en práctica. Reformar la globalización así concebida equivale a reformar el mundo. Darle buena gobernanza a la globalización es –en el día de hoy- darle buena gobernanza al mundo. Sin embargo, algunas de estas medidas merecen ser impulsadas en los próximos meses para su puesta en práctica. Con seguridad
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