lunes, 7 de noviembre de 2011

Globalización y dimensión imaginaria de las nuevas tecnologías. M. Barrera




esde una vida con certezas a una vida sin ellas, podría ser una manera de señalar el cambio dramático que ha traído el proceso de la globalización a la vida de la gente común. Pero, obviamente ello sería un exceso de simplificación ya que la globalización si bien ensancha las incertidumbres también multiplica las perspectivas y los horizontes.
El reino de las posibilidades, de lo potencial se multiplica pero también el de los riesgos, de modo que la actualización de esas potencialidades es incierta. Lo mismo sucede con la conservación y duración de los logros.
Es evidente que la globalización (o mundialización) ha impactado grandemente a los negocios, a las políticas gubernamentales, al quehacer de los organismos internacionales, a la vida intelectual de las universidades. Ese impacto les ha cambiado sus perspectivas; ha expandido las escalas de los mercados, de la producción, de los factores productivos; ha relevado la importancia de la competitividad, de la productividad, de la innovación. La ciencia y la tecnología son más universales, más apreciadas y están más entrelazadas con la economía. Se trata de una verdadera revolución capitalista. Todo ello ha sido expuesto y discutido en innumerables libros, en artículos de revistas especializadas y de prensa, en reuniones internacionales diversas, en seminarios científicos, etc. Constituyen hoy en día el contexto obligado de los contenidos de la formación de los futuros profesionales, en especial de las ciencias sociales.
Sin embargo, a pesar de que la globalización tiene también un impacto importante sobre la vida de la gente común, esta temática ha estado postergada, en América Latina, de los esfuerzos de la investigación científica. Este es justamente el objeto de preocupación del programa de investigaciones que se propone al final de este artículo, enfocado en las tecnologías de la comunicación y la información que acompañan al proceso de globalización. Porque con ellas son, sin duda, que tiene la gente común un contacto cotidiano.
Antes de avanzar hacia los temas que aquí interesan, quizás fuese necesario, aludir al concepto de globalización. El autor emprendió esta tarea en un artículo publicado en la revista del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.[1] Ahí analiza latamente los cambios sociales, económicos, políticos y tecnológicos que han acompañado a la constitución, aún no acabada, de un mercado y una sociedad globales. Como resultado de tal análisis distingue tres procesos distintos y simultáneos; vinculados y ambivalentes que hacen de la globalización una tendencia, un devenir, no un sistema estructurado ni, por tanto, tampoco un resultado final. Ellos marcarían un futuro tan abierto como incierto:
a. La interdependencia creciente de las actividades humanas, sin importar su localización.
b. Las lógicas de compresión del espacio bajo sus formas simbólicas y territoriales.
c. La interpenetración creciente de las sociedades.

La distinción de tales procesos sigue la línea del investigador del CNRS francés, Zaki Laïdi.[2] En el artículo arriba citado se explicitan cada uno de estos procesos. Como es fácil comprender este enfoque alude a la globalización como un fenómeno amplio, que va más allá de lo meramente económico.
La globalización económica, es decir, la formación de un mercado global es, sin duda, una arista esencial del fenómeno total. Ella ha tenido como instrumento fundamental en su despliegue a las empresas multinacionales (ET). Éstas y no los gobiernos ni la sociedad civil han estado a la vanguardia del proceso, para bien y para mal. Debido a ello es que los problemas se han globalizado con mayor facilidad que las soluciones, como lo ha mostrado la crisis financiera y económica que estalló en el 2008. La crisis evidenció, y lo sigue haciendo, una carencia de normativas internacionales para encarar los profundos quiebres que aún hoy persisten tanto en el sistema financiero como en el empleo, los que se extienden a la economía y la sociedad en general, en varios países. La economía globalizada carece de gobernabilidad. Ya en el año 2004 la Comisión creada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para estudiar el proceso de mundialización y sus consecuencias, señalaba que “la creciente globalización ha puesto de manifiesto la necesidad de una mejor gobernanza global”[3].
Por su parte la globalización en su sentido amplio, está fuertemente ligada a la expansión de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs). Ambos procesos se retroalimentan. Como es obvio, tanto la globalización en el estricto sentido de formación de un mercado mundial como la globalización en el sentido más amplio, de constitución de una sociedad y cultura globales, están entroncadas con fenómenos políticos, sociales y tecnológicos.
Pero ¿qué pasa con el hombre común? ¿Acaso su cotidianeidad permanece invariada? ¿sus esperanzas, aspiraciones, intereses, zozobras y conflictos son los mismos?[4]
El objetivo de este escrito es iniciar una reflexión, absolutamente preliminar, sobre algunas de las variaciones que han ocurrido en la vida del conjunto de la gente a partir del despliegue de las tecnologías que han acompañado al proceso de globalización. No sólo de la elite empresarial y política (los “happy few”), sino de las mujeres y los hombres comunes en esta parte del mundo. Para ello se hará mención a dos temas (en artículos sucesivos) que tienen que ver tanto con la estructura de la sociedad en su sector económico como, y principalmente, con conductas, sentimientos y valores. Ambos se vinculan estrechamente con la recepción de las nuevas tecnologías y sus consecuencias.
Nicholas Carr, entre otras sugerentes afirmaciones, dice en la entrevista citada: “La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumaniza un poco sino que nos uniformiza”. “La tecnología, como ocurrió con el reloj y la cartografía, no es neutral, cambia las normas sociales e influye en nuestras elecciones”. Si estas dos aseveraciones de N. Carr contuviesen sólo un cierto grado de verdad aún serían relevantes como para justificar nuestra preocupación.

Por cierto que un nostálgico podría decir que nada nuevo hay bajo el sol, recordando al poeta T. S. Eliot, quién en su poema “La roca” escribía en 1934:
“¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento?
¿Y dónde está el conocimiento que hemos perdido con la información? “
Las empresas transnacionales (su status y movilidad), la expansión financiera, el empleo son procesos que forman parte de la globalización económica, aunque un fenómeno como el empleo no exclusivamente de ella. Comportamientos políticos, actitudes sociales y problemáticas psicológicas, forman parte de la mundialización tomada en sentido más amplio. Nostalgias aparte, tanto respecto de la globalización estrictamente económica como de la constitución de la “aldea global” las TICs han jugado un papel esencial.
Estos procesos son generales y, probablemente, ocurren con algunas diferencias, leves o agudas, en todas las sociedades que experimentan la participación en la vorágine de innovaciones tecnológicas que se expanden con la globalización. Respecto de ellos se hará referencia al caso chileno. Sin embargo, al inicio de esta tarea el encontrar especificidades chilenas no es nuestro objetivo, ya que para ello sería necesario realizar una investigación empírica.

Notable recepción de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs). El caso de Chile

Chile, un país por largo tiempo ensimismado, experimenta desde las dos últimas décadas del siglo pasado las ventajas y los peligros de la inserción en el mundo global. La apertura económica y las nuevas tecnologías, como la globalización en su conjunto, tienen las dos caras. El país ha tenido un importante crecimiento económico, pero dependiente de los vaivenes del mercado mundial. Respecto de las innovaciones tecnológicas, Chile ha experimentado una entusiasta (y, de algunas, masiva) recepción de ellas. Como resultado de lo cual vive un cambio rápido de los valores y las conductas, aún no enteramente internalizados, por la brusca exposición a tales tecnologías y a la influencia de la cultura, de los comportamientos y del cotidiano devenir de sociedades extranjeras, centrales y periféricas, para decirlo en un lenguaje que la globalización torna obsoleto. [5]
Así es posible afirmar que en Chile, que por su geografía está alejado de los grandes centros mundiales y que por la contingencia política experimentó la marginación internacional, el fenómeno de la globalización necesariamente está produciendo un quiebre imposible de desdeñar, en un proceso en pleno desarrollo que está cambiando al país y a sus habitantes. Ese cambio se procurará mostrar a través de dos temas específicos, ambos relativos al proceso de inserción del país al sistema global:
a. la recepción de las nuevas tecnologías y la acentuación de la dimensión imaginaria en la vida social e individual;

b. cambios en el empleo y en la situación de trabajo.[6]

Sin embargo, en este artículo (“paper”) sólo se hará referencia al primero de estos temas, con el propósito de abordar el segundo en un próximo intento.[7]
De todas las novedades que ha traído la globalización sin duda la que tiene un mayor impacto en la vida de todos es el despliegue rápido, masivo y avasallador de las TICs. El conjunto de ellas ha dado origen a la expresión Sociedad de la Información, porque se ha generado un cambio en las conductas familiares, en la relación interpersonal, en la entretención, en la frecuencia y modalidades de la comunicación y en la participación ciudadana en los temas que preocupan a la opinión pública. La vida política se ha transformado. Ha nacido el “e-goverment”, facilitando la gestión pública y el contacto de los servicios públicos (también los privados) con el usuario. El “e-mail” se ha convertido en una herramienta de comunicación instantánea cuasi universal. De todos los nuevos “gadgets” tecnológicos que han traído las nuevas tecnologías sobresale la universal acogida que ha tenido el teléfono móvil o celular, en la expresión chilena.
El teléfono móvil ha sido recepcionado en Chile por todas las clases sociales con gran entusiasmo, al punto de existir tantos de estos aparatos habilitados como personas. Para las familias de menores ingresos ha sido una gran solución para sus necesidades de comunicación. Lo mismo se puede decir de los jóvenes, quienes son los más entusiastas en utilizarlos y no sólo como medio de comunicación sino también de entretención. No obstante, no todos los sectores sociales han incorporado en su quehacer el amplio rango de oportunidades que les ofrece la Sociedad de la Información. Así, por ejemplo, los partidos políticos, incluyendo a los parlamentarios, constituyen un sector importante de la sociedad que no ha mostrado la necesaria sensibilidad para beneficiarse en su trabajo político del uso de las nuevas tecnologías para interactuar con los ciudadanos, a pesar de las facilidades que les ofrece gratuitamente el Estado.[8] Sin embargo, el gobierno chileno, el sistema financiero nacional y algunas universidades han adelantado bastante en el uso de estas tecnologías.
Antes de seguir con el impacto de las nuevas tecnologías es menester indicar que existe entre el actual proceso de globalización económica y estas tecnologías una estrecha relación, pero que, no obstante, ellos son fenómenos independientes. En efecto, puede observarse que una de las mayores diferencias entre éste y los anteriores procesos de globalización conocidos en la historia de la humanidad es la existencia en el actual de las TICs, las que actúan como facilitadores del mismo. Sin embargo, hay que señalar que la globalización económica difiere por su origen con las TICs. Estas tecnologías reconocen sus inicios con anterioridad a los acontecimientos sociales y políticos que abrieron las posibilidades de la constitución de un mercado global. El principal de ellos fue la caída de los “socialismos reales” los que separaban económica y geográficamente al mercado capitalista del socialista. Por otro lado, la expansión de las TICs es transversal, va más allá de los confines del llamado “mercado global” el que en realidad deja fuera porciones significativas de la geografía mundial. Además, al interior de las sociedades concernidas excluye a amplios sectores sociales algunos porque se ubican en zonas apartadas de los centros urbanos y, los más, por ser simplemente irrelevantes para la economía moderna. Son los extremadamente pobres y los pobres. En general los excluidos sociales quedan fuera de la globalización, en especial de sus aspectos económicos. El afán explotador del capitalismo clásico fue superado por la irrelevancia económica de las masas excluidas. En realidad las unidades económicas, sociales y culturales no se articulan en el nuevo sistema económico y tecnológico por países sino por redes. Las ciudades principales son las residencias más habituales de las unidades que se incorporan a estas redes. Las ciudades compiten entre sí por su capacidad de atracción para el gran capital. Es la atractividad.
Las tecnologías de la comunicación y de la información que acompañan y facilitan al proceso de globalización tienen una característica que ha sido fundamental para su rápida expansión y aceptación por parte de las más diversas sociedades y culturas. Se trata de su capacidad para penetrar en el lado imaginario de la estructura psicológica que poseen todos los seres humanos.

La dimensión imaginaria de la vida individual y social en el contacto con las nuevas tecnologías.

Es necesario advertir que esta dimensión de la vida individual y social ha acompañado desde siempre a las sociedades humanas.
Al respecto el filósofo social Cornelius Castoriadis, griego de origen, radicado en Francia, lo explicita en un importante libro.[9]
A continuación dos citas de Castoriadis: “La institución (el Derecho, la propiedad privada, por ejemplos, MB) es una red simbólica, socialmente sancionada, en la que se combinan, en proporción y relación variables, un componente funcional y un componente imaginario” p. 211. “El hombre es un animal inconscientemente filosófico, que se planteó las cuestiones de la filosofía en los hechos mucho tiempo antes de que la filosofía existiese como reflexión explícita; y es un animal poético que proporcionó en lo imaginario (lo mitos, por ejemplo, MB) unas respuestas a esas cuestiones” p.237.

Ocurre que las nuevas tecnologías que han facilitado el proceso de globalización económica, han acentuado una especial dimensión imaginaria y, en este sentido, las TICs estarían transformando profundamente tanto la vida social como la individual.
Una de las transformaciones poco explorada por la investigación en Chile y en América Latina es el impacto psicológico que significa el trato continuado con imágenes audiovisuales. ¿Son ellas reales o no? ¿A qué tipo de realidad pertenecen? Están frente a nosotros, pero su realidad es evanescente. ¿Qué es el ciberespacio? ¿Cuál su materialidad?
“El término ciberespacio alude a una realidad llamada virtual que se encuentra dentro de los computadores y las redes a las que han dado lugar.”[10]
De los contenidos de Internet se dice que se encuentran en el ciberespacio. Se infiere de ello que dichos contenidos no se encontrarían en el espacio de los países en los que sus autores los crean o donde se ubican los servidores de Internet que permiten conectarse a la red de redes. Entonces, acontece que se produce una separación instantánea de los contenidos respecto del espacio en que se halla su autor. La localización física de los usuarios de Internet sería, así, irrelevante. En la misma medida en que los tiempos en la comunicación se han acortado hasta la instantaneidad, el espacio se ha constreñido hasta desaparecer como obstáculo para ella. Los contenidos de la comunicación no pertenecen a parte alguna. Y, a la vez, pertenecen a todas las partes. Se han globalizado.
En la discusión acerca del gobierno de Internet, algunos han propuesto una agencia internacional, ya que ningún país podría presentar credenciales de propiedad a fin de aplicar sus propias normativas para orientar o regular su funcionamiento y desarrollo.
La sociabilidad que surge de este mundo multimedial es muy distinta de la sociabilidad tradicional, que se constituía en la experiencia presencial. Las relaciones sociales que promueven las TICs prescinden de la presencia de los participantes. Estos pueden relacionarse obviando el espacio, la distancia. Ellas no tienen, sin embargo, la densidad que emana del hecho de que las personas estén unas y otras reunidas en un espacio común. Desde un punto de vista afectivo, humano, sentimental la relación vía celulares, TV, Internet es una relación empobrecida, comparada con la presencial.
Es cierto que existe, desde otra perspectiva, una ganancia en cuanto las TICs posibilitan una relación a distancia, sea de un kilómetro o de miles de ellos. Un fenómeno que ha preocupado a psicólogos y padres es que los jóvenes (en especial, aunque no únicamente) se exponen a experimentar una interacción interpersonal empobrecida al privilegiar al ciberespacio, como vehículo de su vida social, por sobre la realidad aún tratándose de personas geográficamente cercanas. El correo electrónico, las video conferencias, el celular, Internet están reemplazando a las reuniones presenciales. Es posible afirmar que las TICs tienden a alejar a los cercanos y a acercar a los lejanos.
Es fácil observar en la movilización colectiva en Santiago que el celular ha reemplazado al libro como objeto preferido para entretenerse durante el viaje, sobretodo entre los jóvenes. Este dispositivo está omnipresente, va adherido a la persona. Realiza ahora un imprescindible acompañamiento permanente. Sirve tanto para una rápida comunicación con personas como para escuchar música, entretenerse con juegos, conectarse a Internet. En suma, permite evadirse del medio ambiente circundante toda vez que la realidad virtual está a la mano,
Estas posibilidades de instantánea evasión de las circunstancias presentes tiene diversas ventajas: psicológicas, económicas, ahorro de tiempo, pero tiene también sus desventajas que hay que estudiar con detención.
Hoy se está moldeando la figura del solitario conectado. Del solitario que se relaciona con mucha gente. Del solitario sociable, aunque medianamente sociable. Una sociabilidad mediada por las TICs. Ejemplo elocuente de ello son las redes sociales que tanto éxito tienen entre la juventud. Suele escucharse la siguiente declaración: “Yo tengo en Facebook miles de amigos” ¿Cuál es la substancia de esta amistad? Generalmente tal amistad no va más allá de una relación superficial que se alimenta de contenidos superficiales. Puede haber excepciones, por supuesto, aunque a veces (no todas) ellas son no sólo indeseables sino incluso peligrosas. Desde el punto de vista psicológico hay todo un campo de investigación cuando el ciberespacio se transforma para los cibernautas en un exclusivo, privilegiado y demandante cibermundo. Cuando el mundo subjetivo provisto por las TICs se transforma en el espacio psicológico que habita el sujeto durante gran parte de su existencia consciente. Sobre este tipo de problemas especialmente en niños y adolescentes, la investigadora Sherry Turkle del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha publicado su último libro, Alone Together: Why we expect more from technology and less from each other? [11] Ella afirma en parte de la crónica citada: “Nos sentimos solos, pero tenemos miedo a la intimidad. La conectividad nos ofrece una ilusión de compañía sin las exigencias de la amistad” Y agrega “Este es el nuevo tipo de relaciones que se está formando. Es hora de empezar a conversar”. Muy interesante sería replicar en la realidad latinoamericana algunas secciones de estas investigaciones. Varios gobiernos en América Latina entusiasmados por la tecnología están apostando a ella gran parte de las opciones para elevar la calidad de la educación sin tener claridad acerca de sus límites y de las necesarias restricciones cuando se trata de la formación humana. La confusión de los medios y los fines, del instrumento y el contenido, es asaz peligrosa en materia educacional.

Como estos fenómenos son ambivalentes es posible constatar que incluso las redes sociales generan posibilidades en el mundo real del empleo y los negocios. Ya en Chile han aparecido expertos en la utilización de dichas redes para un más agradable y productivo ambiente laboral.
No es posible dejar de señalar que a pesar de lo dicho anteriormente es conveniente indagar acerca del rol que realmente han tenido el correo electrónico, los mensajes vía celular, las redes sociales de Internet en las movilizaciones sociales y políticas que han ocurrido últimamente en sociedades cerradas, con gobiernos autoritarios. Tal es el caso de las movilizaciones populares realizadas a fines de enero 2011 en países del norte de África, donde ha quedado claro para todos (también para los respectivos gobiernos) que Internet, los celulares, la TV han tenido un rol extraordinario en la gestación y organización de las movilizaciones populares, en especial en la de Egipto, en pleno desarrollo mientras se escriben estas líneas. Aparentemente también algunas movilizaciones ciudadanas en países con gobiernos democráticos se han gestado y ocurrido con la ayuda de dichos instrumentos, aptos para una convocatoria rápida y masiva. Los analistas tienen opiniones contradictorias. Algunos le asignan importancia principal en la convocatoria y otros una secundaria. De lo que hay no dudas es que cada vez más se oye hablar de Twitter, Facebook, Youtube cuando autoridades de gobiernos dan a conocer su pensamiento sobre acontecimientos relevantes. Incluso algunos gobiernos han preparado instructivos para sus funcionarios acerca del modo en que deben usar las redes sociales, como es el caso de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Cataluña en España. La prensa ha informado que el gobierno de Chile está haciendo algo semejante.[12]

Por su parte, también la TV ha afectado profundamente la vida de las personas. Las imágenes de la TV se pueden ver en cualquier momento. Están ahí disponibles para cualquiera. Pero esas imágenes dependen de un emisor y éste del éxito que tenga en las preferencias de la audiencia. Es justamente la situación de la televisión abierta en el caso chileno. Su éxito programático y también económico se relaciona con la cantidad de televidentes que lo siguen. La TV, como fuente de lucro, conlleva en un país de desarrollo medio y con escasa población el peligro de la mediocridad cultural.
Existe todo un campo de preocupación en torno a las similitudes y diferencias entre la TV y el computador tal como aconteció con el surgimiento de la TV y el impacto sobre la radio. En el año 2010 surgió en América Latina la inquietud por el destino del libro impreso a partir del surgimiento del libro digital. Hay que decir que hasta ahora ninguna de las predicciones acerca de la desaparición de una de estas tecnologías por el advenimiento de la otra ha resultado verdadera. Todas han ido adaptándose a la nueva situación y encontrando convenientes modalidades de existencia. Más aún la tendencia actual es hacia la convergencia de “las tres pantallas”, la TV, el computador (conectado a Internet) y el teléfono móvil.

La radio, primero, la TV, después, han descubierto la diferenciación de sus contenidos como mecanismo de sobrevivencia, proceso que se verá favorecido con la expansión de la televisión digital. Desgraciadamente en el caso de la TV esa diferenciación tiene para el usuario, en varios países, un costo de modo que excluye a los que no puedan financiarla. Pero una y otra han encontrado nichos que aparte de proveer la sobrevivencia de los respectivos canales permiten al público elegirlos de acuerdo a sus preferencias culturales. Algo semejante ocurre con Internet que puede ser fuente de entretención con superficialidades o puede ser utilizado para cultura, investigación, comunicación necesaria, etc. Es decir, existe una diferenciación profunda en cuanto a sus usos, por lo que las generalidades a este respecto no son convincentes.

Actualmente es posible observar un intento de interacción de la TV y su público utilizando a las redes sociales de Internet. Esta complementación de la TV con Internet está de moda en los canales de noticias. Procuran incorporar las opiniones de los televidentes sobre los acontecimientos de los que dan cuenta las noticias. Naturalmente que aún acerca de las más importantes noticias no puedan leer más de tres o cuatro opiniones generalmente sin consideración de su profundidad. Ocurre, entonces, que las opiniones de los televidentes que se leen suelen ser bastante superficiales e irrelevantes.
¿Cuál es el aporte de esta práctica? Quizás mayor dinamismo de la trasmisión. Quizás aparente participación del público. En todo caso nada cualitativamente significativo, a lo menos por ahora.
Otra interacción entre los medios es la de la TV con las radios mediante convenios de asociación para cubrir ciertos acontecimientos y/o comentarlos. En el caso de Chile son las radios las que aportan trabajo periodístico a los canales de noticias.

¿Qué se entiende por realidad virtual en territorio de las TICS?

En una entrevista periodística el arquitecto chileno Enrique Browne afirmó: “Para Le Corbusier, el ícono cultural de su época fue la máquina…”
El entrevistador le preguntó enseguida:
¿Cuál sería el ícono ahora?
Browne respondió:
“La virtualidad. Cómo hacer calzar el mundo virtual con el mundo real, porque este sigue existiendo”[13]
Ese es justamente el tema cultural, intelectual, psicológico más importante en nuestra relación con las TICs. Estamos inmersos en el mundo virtual, pero el mundo real sigue estando ahí. ¿Cómo compatibilizarlos? ¿Cómo evitar las confusiones en la mente de niños, jóvenes, adultos, adultos mayores?
Llegado a este punto conviene detenerse en el concepto de realidad virtual.
En 1994 Paul Milgram y Fumio Kishino definieron el concepto de realidad mixta como cualquier espacio entre los extremos del continuo de la virtualidad. Este continuo se extiende desde el mundo completamente real hasta el entorno completamente virtual, encontrándose entre medio de éstos la realidad aumentada y la realidad virtual.
El adjetivo ‘virtual’ ha alcanzado una gran importancia en los campos de la informática y las telecomunicaciones, entre los que destacan la memoria virtual, el circuito virtual y la realidad virtual[14]. Afirma Mowshowitz que estos fenómenos tienen una gran significación teórica y empírica en el diseño e implementación de sistemas informáticos, en las redes y en la interacción persona-ordenador, respectivamente.
La realidad virtual tiende a eliminar la frontera existente entre realidad e irrealidad. No se trata en este caso de la imposibilidad de separación entre lo real y aquello que no lo es, sino la extensión o difusión de los límites que los separan. La amplia variedad de posibilidades que ésta ofrece, ha facilitado el establecimiento de un status de realidad, sustentado en el hecho de que la realidad virtual es compartida con otras personas y tiene una estrecha relación con el mundo físico dada su interrelación e influencia mutuas. Además, la realidad virtual está interconectada con la producción artística, una experiencia que ha acompañado a la especie humana desde siempre.

Todo lo anterior acarrea, como posibilidad, la de constituirse en un territorio fértil para la creación o reconstrucción de la propia identidad de los participantes. En efecto, la realidad virtual favorece la construcción de una identidad sustentada en la creación de más de un yo, es decir, de identidades múltiples. O se constituye en una “sala de espera” respecto de la construcción de una identidad más definitiva. Es lo que ocurre en la adolescencia en que el sujeto tiene experiencias a modo de pruebas antes de definir su contorno identitario más definitivo. El psicólogo norteamericano Erik Erikson en sus estudios sobre la identidad del adolescente creó la expresión de “moratoria psicosocial” para referirse a este fenómeno. La adolescencia sería un periodo donde “probar cosas” (drogas, orientación sexual por ejemplo) se constituiría en experiencias previas, preparatorias para la constitución de la identidad. La generación de nuevas oportunidades en entornos diversos ha facilitado la existencia de posibilidades emergentes para la reconstrucción de la propia identidad. Los entornos virtuales, y más concretamente la realidad virtual, han generado un espacio de moratoria para la construcción de la identidad sustentada en la creación de más de un yo. No es raro encontrar a muchos cibernautas con “alias”, es decir con identidades ficticias, navegando por el ciberespacio.

De modo que realidad virtual sería una representación de las cosas a través de medios electrónicos. La realidad no se nos presenta. Lo que aparece frente a nosotros es su representación. Imágenes, palabras, sonidos que nos dan la sensación de estar en una situación real en la que podemos interactuar con lo que nos rodea. Es así como la frontera existente entre la realidad y la irrealidad se ha desvanecido. Los límites se han hecho difusos. Actualmente Internet nos provee con medios para reunirnos con diferentes personas en el mismo espacio virtual. En este sentido Internet tiende a ser un mecanismo de tele-presencia. Lo que se omite en la realidad virtual es lo presencial a favor de lo virtual, algo que no es, pero que parece que fuera. La distancia, es decir, el espacio real, desaparece. Este medio nos brinda con realidades que físicamente no existen pero que, sin embargo, actualmente y cada vez más, forman parte de nuestras vidas.

Las experiencias de Internet y de la TV son, quizás, los más frecuentes tratos de las personas comunes con un mundo de imágenes que se desplazan por el espacio. Sin embargo, el sociólogo italiano Giovanni Sartori propone diferenciar la TV de los ordenadores. “La televisión nos muestra imágenes de cosas reales, es fotografía y cinematografía de lo que existe. Por el contrario, el ordenador cibernético (para condensar la idea en dos palabras) nos enseña imágenes imaginarias. La llamada realidad virtual es una irrealidad que se ha creado con la imagen y que es realidad sólo en la pantalla. Lo virtual, las simulaciones amplían desmesuradamente las posibilidades de lo real, pero no son realidades”[15]. Hay que señalar, sin embargo, que tanto la TV como el ordenador nos brindan actualmente una variedad de posibilidades donde lo serio y lo superfluo, el material de trabajo intelectual y los juegos de entretención, lo grotesco y lo artístico están presentes a disposición de la elección del usuario. Por otro lado, la tendencia es a la complementación y a la interacción de todos los medios . Las diferencias entre ellos, perceptibles en sus inicios, tienden a desdibujarse a favor de la tendencia señalada.
Sin embargo, la tesis principal del libro de G. Sartori es digna de atención: “la televisión modifica radicalmente y empobrece al aparato cognitivo del homo sapiens.(p.17). Lo que hace único al homo sapiens es su capacidad simbólica (p.23)…el lenguaje esencial que de verdad caracteriza e instituye al hombre como animal simbólico es `lenguaje-palabra´, el lenguaje de nuestra habla…el hombre es un animal loquax…esta característica lo distingue radicalmente de cualquier especie de ser viviente”…el pensar y el conocer…se construyen en lenguaje y con el lenguaje. (p.24). …el telespectador es más un animal vidente que un animal simbólico. Para él las cosas representadas en imágenes cuentan y pesan más que las cosas dichas con palabras. Y esto es un cambio radical de dirección, porque mientras la capacidad simbólica distancia al homo sapiens del animal, el hecho de ver lo acerca a sus capacidades ancestrales, al género al que pertenece la especie del homo sapiens. (pp.26-27). Es una tesis a tener presente. Para G. Sartori Internet no cambia el dramatismo de su visión.
Esta visión de Sartori es macro, de antropología filosófica. Una reflexión menos teórica, más ligada a la praxis de los que cotidianamente usan estas tecnologías y experimentan su impacto es el de Nicholas Carr. El señala que las redes sociales tienen una enorme capacidad de distracción con sus micromensajes, lo que disminuye la capacidad de concentración para leer artículos largos o libros. Dice que Internet en general fomenta la multitarea y alienta poco la concentración. Que incita a buscar lo breve y lo rápido.
Reconoce que las TICs son útiles, entretenidas y divertidas. Pero que hay que considerar que ellas, como la tecnología en general, conducen al sujeto a comportarse de una manera determinada.
Sostiene que un tema de importancia poco considerado por los usuarios es el de la privacidad. ¿Qué valor le asigna una persona, una sociedad o una cultura a la privacidad? Si ella no constituye un valor importante, entonces, la gente se deja empujar más y más a una sociedad de consumo. Todos los pasos que se dan online se convierten en información para empresas y gobiernos.

En otro punto de interés Carr sostiene que el mundo del software ha afectado negativamente a la creación de empleos y a la distribución de la riqueza. La mayor concentración de ésta se ha producido en detrimento de las clases medias.[16] Sobre el tema de la creación de empleos se han esbozado ideas contrapuestas.

Como se dijo al inicio de este documento la globalización es ambivalente, trae buenas nuevas y malas nuevas; avances y regresiones. Sus posibilidades abren unas perspectivas auspiciosas y otras peligrosas. Así también ocurre con las nuevas tecnologías. No se puede dar por sentado que su utilidad es neutral; que sus posibilidades son todas convenientes; también ellas pueden traer serios problemas. Son tiempos en que las certezas se imbrican con las incertidumbres. Ello hace necesario el estudio, la investigación para saber lo que está ocurriendo en cada sociedad con la absorción de estos procesos. La actitud en Chile ha sido hasta ahora la del entusiasmo acrítico. Es necesario acompañar este sentimiento con un poco de racionalidad
reflexiva.[17]

La interrogante principal es la siguiente: están las personas, principal y exclusivamente, utilizando las TICs en su propio provecho o las TICs están determinando el estilo de sus vidas, sin que ello sea un resultado esperado por los usuarios.

Sería deseable que con lo dicho se vislumbre el extenso campo para investigaciones sociológicas y de psicología social que se podrían y se deberían realizar en nuestro país y en América Latina en torno a esta materia. Ello a pesar de que en este artículo se han señalado sólo algunos de los temas y se han realizado unas pocas reflexiones de las numerosas temáticas que podrían mencionarse y de las muchas consideraciones que esos asuntos ameritan.

A modo de ejemplos se consignan a continuación algunos de los contenidos que podrían ser objetos de investigación empírica, teniendo quizás como trasfondo, entre otras, las nociones a las que se hizo referencia a lo largo de este documento.

Temas para investigar

1.- El uso de las TICs en los procesos de aprendizaje formales e informales. ¿Qué ha funcionado y qué no? ¿Cuáles son las principales dificultades?
2.- Las nuevas tecnologías en la vida política. Gobierno, partidos políticos y participación ciudadana. El papel de las “redes sociales” en la movilización social, en especial de los jóvenes. Nuevas formas de agrupamiento.
3.- Las adicciones, los riesgos y las amenazas, que aparecen en Internet. La sociabilidad mediada por las TICs.
4.- La importancia de la imagen para el acceso y el uso del poder político, social y económico. El poder de la opinión pública. La TV e Internet en la formación de la opinión.
5.- Las nuevas tecnologías y las diferencias generacionales en la vida política y en la familiar. ¿Qué diferencia a los conectados de los no conectados?
6.- La penetración de las nuevas tecnologías en América Latina y en Chile. Noción cuantitativa.
7.- Los jóvenes y las nuevas tecnologías. Internet, el teléfono móvil y los adolescentes. ¿Están las TICs moldeando su estilo de vida?
8.- Los programas televisivos infantiles y su impacto intelectual y conductual. ¿El temprano y cotidiano contacto con imágenes impacta el desarrollo intelectual de los niños?

Santiago, enero de 2011

[1].- Manuel Barrera; “En el camino hacia una nueva época: lla noción de globalización”; Diplomacia; Santiago: Ministerio de Relaciones Exteriores;, octubre-diciembre 2003; pp. 16 -37.

[2] .- Véase Zaki Laïdi;su libro traducido al castellano Un mundo sin sentido; México: Fondo de Cultura Económica; 1997.

[3] .- Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización; Por una Globalización Justa. Crear oportunidades para todos; Suiza: 2004; p. 82.

[4] La reflexión acerca del impacto de las TICs, en especial de Internet, en los usuarios ha sido realizada, entre otros, por Nicholas Carr en varios trabajos. Su último libro, traducido al cCastellano, se titula Superficiales.¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, publicado por la editorial Taurus. N. Carr fue editor del Harvard Business Review. Una entrevista acerca de este aporte le fue realizada por El País.com Babelia, publicada el 29 de enero de 2011.

[5] .- El autor de este artículo dirigió una extensa investigación acerca de la estrategia para la introducción de la computación en Chile por parte de las ET. Véase Manuel Barrera; La difusión de la tecnología computacional en una economía abierta. El caso de Chile; Santiago: Centro de Estudios Sociales (CES); 1986. Participaron también en esta investigación la socióloga tTeresa Selamé y el economista Gonzalo Rivas. Tteresa Selamé escribió Recursos humanos y mercado de trabajo en computación en Chile; Santiago: Centro de Estudios Sociales (CES); 1986.

[6].- Como fruto de la investigación citada, financiada por el International Development Research Centre (IDRC) del Canadá, también se publicó Manuel Barrera y Teresa Selamé; El cambio tecnológico y las calificaciones de la fuerza de trabajo en Chile; Santiago: Centro de Estudios Sociales (CES); 1984.

[7] .- El tema de la globalización y el empleo tiene varias aristas. Una de ellas dice relación con el traslado de empresas productivas y de servicios de un país a otro, con lo cual uno pierde empleos que gana el otro. Este tema fue estudiado en tres países europeos a fin de tener una noción general del fenómeno. Véase Manuel Barrera; “Las deslocalizaciones: el nuevo fantasma que recorre Europa” en Diplomacia ; Santiago: Ministerio de Relaciones Exteriores; julio-septiembre 2004; pp. 5-26.
Un tratamiento más amplio y general, no específico, del tema se encuentra en la entrevista realizada al autor de este artículo por la revista Boletín Oficial de la Dirección del Trabajo del Gobierno de Chile, publicada en su número de diciembre de 2002; pp. 1-4.

[8] .- El autor realizó un experimento con ocasión de las elecciones presidenciales en EE.UU. y en Chile. En efecto, le envió por e-mail una na andhesión al escribió al candidato Barack Obama. Cuando en Chile la Concertación estaba designando a su candidato aconteció que el ex Presidente Ricardo Lagos declinó toda posibilidad de postular, entonces, el autor envió su adhesión al ex presidente Eduardo Frei, quién posteriormente fue elegido el candidato de esta coalición. Luego le envió un aporte a su programa que se percibía deficitario en el tema “seguridad/delincuencia. .Más tarde, enl plena campaña escribió a dos de sus voceros (actuales senadores) sobre este mismo tema. Pues bien, dDesde EE.UU. recibe regularmente correspondencia con ela nombre del Presidente Obama, a a vecesnombre de su esposa Michelle, otrasa nombre del Vice- presidente Joe Bidenden, oy de los encargados de comunicarse con los ciudadanos. Eso hasta hoy (enero 2011). Del candidato Frei ei nunca recibió ni siquiera un acuse de recibo ni de lasu adhesión ni del sus aportes. Los voceros también hicieron mutis. Pero eso no es todo. A fines del 2010 envió e-maills sa a sus direccionescorreos del Congreso Nacional a doce (12) senadores y diputados proponiendo una acción política en relación a las catástrofes vividas por el país ese año. Nadie ha respondido ni una sola letra. Hay que considerar que el Eestado paga a los congresales facilidades de correo, de secretarias y de asesores, precisamente para su trabajo con los ciudadanos.

[9].- Se trata de la obra de filosofía social y política La institución imaginaria de la sociedadad; Buenos Aires: Tusquets Editores;2007.

[10] .- Véase “ciberespacio” en Wikipedia. Ahí se agrega: “El término ciberespacio proviene de la novela de William Gibson; Neuromante; (1949). El ciberespacio en un tema recurrente en la literatura de ciencia ficciónn”.

[11] Sobre la trayectoria y losus temas de interés de la Dra. TurkleTurklee, Directora del programa de Tecnología y Personas del MIT, puede verse el artículo “La conectividad nos ofrece una ilusión de compañía” El Mercurio; Santiago: 29 de enero de 2011; p.A10

[12] El Mercurio; 23 de enero 2011, p. D13.

[13].- El Mercurio; Santiago; 3 de octubre 2010; p. E 12.

[14].- Al respecto véase Mowshowitz; “On the theory of virtual organization en Systems Research; 1997; pp.373-384.

[15] .- Giovanni Sartori; Homo videns. La sociedad teledirigida; Madrid: Taurus; 1998; pp.32-33. Homo videns. La sociedad teledirigida; Madrid: Taurus; 1998, pp. 32-33.

[16] Véase la entrevista citada en nota 4.

[17] Acerca de las contradicciones y confusiones existentes sobre Internet se ha publicado recientemente el libro de Evgeny Morozov; The Net Delusion. The Dark Side of Internet Freedom; PublicAffairs. Morozov afirma que Internet es un instrumento de enorme peligro y se pregunta ¿El potencial liberador de Internet contiene también las semillas de la despolitización y la desdemocratización?


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